Generando bombos masivos
La esencia de la grabación radica en capturar momentos únicos y creativos con un sonido espectacular. Este enfoque abierto y experimental permite a los ingenieros y músicos explorar técnicas innovadoras que a menudo resultan en descubrimientos sorprendentes.
Uno de los aspectos más interesantes de esta mentalidad experimental es la técnica que involucra el uso de una alfombra enrollada para grabar el bombo de la batería. La idea consiste en colocar una alfombra enrollada frente al bombo y situar un micrófono de condensador de diafragma grande, como el Neumann U 87 o el Roswell Pro Audio Mini K47, en el extremo opuesto de la alfombra. Esta técnica, que también incluye el uso de mantas para evitar la fuga de sonido, promete un resultado impresionante: un bombo con un sonido profundo y con mayor presencia en las frecuencias graves.
Si bien esta sugerencia puede parecer innovadora, la idea de colocar un micrófono a cierta distancia del bombo no es nueva. De hecho, mover el micrófono fuera del tambor suele generar un aumento en las frecuencias graves. Sin embargo, lo que hace que la propuesta sea tan fascinante es que, al añadir una alfombra enrollada, se produce un fenómeno acústico similar al que se percibe cuando alguien grita a través de un tubo: una resonancia peculiar y un filtrado del sonido. Esto añade una nueva dimensión al sonido del bombo, pero también presenta desafíos.
Una de las principales dificultades al trabajar con esta técnica es la logística. Colocar una alfombra pesada en posición puede ser complicado, especialmente si se busca mantenerla estable entre el micrófono y el bombo. Además, la técnica requiere espacio, lo que puede ser un problema en estudios pequeños o caseros. A esto se suma el tiempo extra necesario para configurar todo el equipo, lo cual puede generar impaciencia en músicos y productores que prefieren un proceso más ágil.
No obstante, existen variaciones más prácticas de esta técnica. En muchos estudios profesionales, en lugar de una alfombra, se utilizan mantas de embalaje, mucho más livianas y fáciles de manipular. Estas mantas se cuelgan a modo de "carpa" con la ayuda de soportes de micrófono, lo que permite un control eficiente de las fugas de sonido y la captura del bombo con un impulso más controlado y profundo. La flexibilidad de las mantas permite una configuración más rápida y menos invasiva en términos de espacio.
Otra consideración importante al usar estas técnicas es la fase de la señal. Al utilizar dos micrófonos, uno dentro del bombo y otro más alejado, es crucial tener en cuenta la diferencia de tiempo entre ambas señales, lo que puede causar una cancelación de fase si no se corrige adecuadamente. Ajustar la polaridad de los micrófonos o incluso desplazar la pista en la mezcla digital puede solucionar este problema y asegurar que el sonido capturado mantenga el impacto deseado.
En última instancia, la relación entre el ingeniero y el baterista es clave en el proceso de grabación. Ambos comparten una pasión común por la experimentación y la creación de sonidos únicos. Este vínculo simbiótico impulsa la innovación constante en el estudio, y siempre surgen nuevas ideas que redefinen la manera en que escuchamos y grabamos la batería.
El mundo de la grabación es un campo abierto, lleno de posibilidades creativas, donde la búsqueda del sonido perfecto es un viaje constante. Y, como bien dicen los ingenieros de sonido: el "low end" es tu mejor amigo.
Dejar un comentario